Mis palabras: Inicial
He comenzado a quererte,
cada vez te querré más y
llegará el día en que te
sienta hasta el límite.
Una vez allí: se que te
reconoceré donde estés,
como fuera que sea.
Si mis ojos dejaran de ver:
con tu voz, tu aroma
y tus caricias, sabría de ti.
Si tu voz no pudiera oír:
con tu fragancia, al tocarte,
sabría que estás.
Si no apreciara perfumes:
al tomarte de la mano y
recorrer todas sus líneas.
sabría quien eres.
Podría contornear tus ojos,
tu boca, rozar tu pelo
y distinguirte.
Y si quedara sin sentidos:
mi alma habrá tenido el tiempo
para saber unirse a la tuya.
Nicolás Garat
Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio. Federico García Lorca
Veo a la luna llena aparecer un momento
y mostrarse completamente
envolviéndose al poco en el velo de las nubes.
Ella se comporta así porque habiendo aparecido
percibió tu rostro y sintiendo vergüenza se ocultó.
Si estas palabras que pronuncio pudieran llegar a ella
seguramente me respondería dándome la razón.
Al Yaziri
Ternura
Me dijiste una vez que era mío tu amor
Que nadie iba a separarte a ti de mí
Ahora vienes tú diciendo, adiós
¿Qué hice yo para que tú me trates así?

Ese amor que yo guardé, sólo a ti te lo entregué
Y no merezco yo sufrir tanto dolor
Ahora vienes tú diciendo, adiós
¿Qué hice yo para que tú me trates así?

Y la ternura que yo guardé
Nadie en el mundo te va a ofrecer
Y acariciarte sólo yo lo sé hacer

Y mi pobre corazón ya no quiere desazón
Ya no soporta más sufrir ingratitud
Ahora vienes tú diciendo, adiós
¿Qué hice yo para que tú me trates así?

Ahora vienes tú diciendo, adiós
¿Qué hice yo para que tú me trates así?

Canción de Roberto Carlos

No desprecies el recuerdo del camino recorrido. Ello no retrasa vuestra carrera, sino que la dirige; el que olvida el punto de partida pierde fácilmente la meta. Pablo VI
Con un traje de pieles
era yo más dichosa
que con las rozagantes vestiduras
que aquí siempre me adornan.
Mi tienda del desierto,
a través de la cual el viento sopla,
prefiero a los alcázares;
allí mejor se mora.
El reposado andar de mansa mula
me cansa, y no el camello cuando trota;
más me agrada el ladrido de mi perro
que el son de los timbales y las trompas.
Un pastor de mi tribu
más valor atesora
que todos estos necios cortesanos,
y su lujo y su pompa.
Maisun

Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.
Albert Einstein

Podría haber entre nosotros, si quisieras, algo que no se pierde,
un secreto jamás publicado, aunque otros se divulguen. (...)
Te bastará saber que si cargaste mi corazón
con lo que ningún otro puede soportar, yo puedo.
Sé altanera, yo aguanto;
remisa, soy paciente;
orgullosa, yo humilde.
Retírate, te sigo;
habla, que yo te escucho;
manda, que yo obedezco.
Ibn Zaydun



Si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y a callar cuando no tengas nada que decir. Lavater
Olas rotas
Mi piel acaricia al viento.
Absorbe las aventuras
viajeras en sus brazos

En el remolino de la conciencia
la ilusión es tan palpable
como mi cuerpo.

En las olas rotas del deseo
sus fotos llegan a la orilla
lisas y redondas como las piedras de la playa.
Místicas y profundas
como las voces de las rocas.

Birgitta Jondsdottir






Indicio del pesar son el fuego que abrasa el corazón
y las lágrimas que se derraman y corren por las mejillas,
aunque el amante cele el secreto de su pecho,
las lágrimas de sus ojos lo publican y lo declaran.
Cuando los párpados dejan fluir sus fuentes,
es que en el corazón hay un doloroso tormento de amor.
Ibn Hazem



La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas. Albert Camus
Cuando, llena de su embriaguez, se durmió,
y se durmieron los ojos de la ronda,
me acerqué a ella tímidamente,
como el amigo que busca el contacto furtivo con disimulo.
Me arrastré hacia ella insensiblemente como el sueño;
me elevé hacia ella dulcemente como el aliento.
Besé el blanco brillante de su cuello;
apuré el rojo vivo de su boca.
Y pasé con ella deliciosamente,
hasta que sonrieron las tinieblas,
mostrando los blancos dientes de la aurora.
Ibn Suhayd
Te he visto en sueños en mi lecho
y era como si tu brazo mullido fuese mi almohada,
era como si me abrazases y sintieses
el amor y el desvelo que yo siento,
es como si te besase los labios, la nuca,
las mejillas, y lograse mi deseo.
¡Por tu amor!, si no me visitase tu imagen
en sueños, a intervalos, no dormiría más.
Amor onírico de Al-mutamid


Cuando se trata de ella, me agrada la plática, y exhala para mi un exquisito olor de ámbar. Si habla ella, no atiendo a los que están a mi lado y escucho sólo sus palabras placientes y graciosas. Aunque estuviera con el Príncipe de los Creyentes, no me desviaría de mi amada en atención a él. Si me veo forzado a irme de su lado, no paro de mirar atrás y camino como una bestia herida; pero, aunque mi cuerpo se distancie, mis ojos quedan fijos en ella, como los del náufrago que, desde las olas, contemplan la orilla. Si pienso que estoy lejos de ella, siento que me ahogo como el que bosteza entre la polvareda y la solana. Si tú me dices que es posible subir al cielo, digo que sí y que sé dónde está la escalera.
Ibn Hazem
La felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes.

José Martí
Si aprendemos a perdonar y olvidar, estaremos más cerca de encontrar la verdadera felicidad.
Hay veces que me pregunto:
¿La chica que yo más quiero,
me quiere como la quiero?
Si sé lo que siento. Punto.
Nicolás Garat



Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.
John Locke
La semilla
que cae,
una.

De alguna
de las tres
palmeras.

Aún, con mínima
chance de prender,
en tierra germina.

Así: al vacío,
por arrojo, saltó.
Y su pena valió.

Nicolás Garat







...Caí rendido con una mirada de los verdes y expresivos ojos tuyos A ellos, desear verlos cada mañana... ...Tus labios, y esa sensación...