La semilla
que cae,
una.

De alguna
de las tres
palmeras.

Aún, con mínima
chance de prender,
en tierra germina.

Así: al vacío,
por arrojo, saltó.
Y su pena valió.

Nicolás Garat







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...Caí rendido con una mirada de los verdes y expresivos ojos tuyos A ellos, desear verlos cada mañana... ...Tus labios, y esa sensación...