Por ti tengo celos hasta de que te alcance mi mirada, y temo que hasta el tacto de mi mano te disuelva.
Por guardarme de esto, evito encontrarme y me propongo unirme contigo mientras duermo.
Así, mi espíritu, si sueño, está contigo, separado de los miembros corporales, escondido y oculto, pues para unirse contigo, la unión de las almas es mejor mil veces que la unión de los cuerpos.
Ibn Hazem