El virtuoso perdonará mi atrevimiento y escuchará mis palabras infantiles con interés. Cuando un niño habla apenas con balbuceos, sus padres lo escuchan llenos de gozo. Sin embargo, los duros de corazón, los maliciosos, perversos y los que disfrutan de las faltas de los demás, se reirán de ella. ¿A quién no le gusta su propia poesía, sea preciosa o totalmente insípida? Sin embargo, en este mundo son pocas las personas que se deleitan al escuchar lo que otros han escrito. El mundo está lleno de hombres que se parecen a lagos y ríos, cuya corriente aumenta cuando otras aguas vienen y se unen a ellos. Pero hay pocas buenas almas que sean como el océano, que crece al ver la luna llena.  Tulsidas

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...Caí rendido con una mirada de los verdes y expresivos ojos tuyos A ellos, desear verlos cada mañana... ...Tus labios, y esa sensación...