¡TÚ, QUE SONRÍES!
Tú, de ojos negros y cejas delgadas
Vuélvete hacia mí tanto como vivamos.
Vuélvete hacia mí, querida, mírame,
No seas tímida, no derroches tiempo.

La vida es corta, como un verano sueco,
Sólo alcanzamos a ganar culpa.
Todo lo demás nada es y nada merece
Sólo tu amor es oro para mí!

El que ama pierde su razón
Pero tú, querida mía, tan sensata.
Día a día para mí la vida es dura
Lloro, ríes, lloré, reíste.

De la tierra soy, del fuego eres,
Las palabras arden en la boca y se acaban.
Soy tu prisionero, pido por mi vida,
Sólo sufro, pero eres tú quien decide.
Ak Welsapar






No hay comentarios:

Publicar un comentario

...Caí rendido con una mirada de los verdes y expresivos ojos tuyos A ellos, desear verlos cada mañana... ...Tus labios, y esa sensación...