El amor es hasta los confines,
aunque se imponga límites,
no a su existencia natural,
sino a su expresividad.
No es un vano sentimiento,
es motor de lo más loable.
No pretende su propio favor.
Nunca se detiene en su labor.
Fronteras no debería hallar,
pero hay muros que franquear.
En ocasiones encontrará vías,
en otras, se deberá conformar.
¿Qué, aparte de él, buscar?
Si es lo máximo a consagrar.
Si es lo máximo a albergar.
¿Qué mejor conseguimos dar?
Nicolás Garat
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