Señor, en quien la nobleza
y la elevación se unen.
Que allá en los siglos remotos
hubo en los hombres ilustres,
Hind cede a tu deseo,
y al punto de tu casa acude;
antes que tu mensajero,
quizás ella te salude.
Hind le responde a Abu Amir


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...Caí rendido con una mirada de los verdes y expresivos ojos tuyos A ellos, desear verlos cada mañana... ...Tus labios, y esa sensación...